jueves, 23 de mayo de 2013

Lara es tierra fértil para emprendedores



Empresas familiares venden artículos baratos y de calidad . Las unidades de producción comunitaria son una alternativa.  Numerosas iniciativas de producción como microempresas y cooperativas buscan insertarse con éxito en el sistema socioeconómico larense, pero son contadas las que logran mantenerse por años y superar las dificultades que se presentan en el camino.
El emprendimiento, tan en auge en la actualidad, ha sido el puntal para que grupos de familias, amigos y hasta compañeros de trabajo creen su propio negocio, lo que ubica la región como una de las más pujantes del país. Dos casos que sobresalen son los de la Cooperativa El Tulipán y la empresa familiar Alemanas Delicateses, que, aunque con distinto perfil, iniciaron operaciones con un mismo fin: llegar al público deseado y con un producto único para posicionarse. Estefan Hellriegel, de Alemanas Delicateses, afirma que todo nació por la curiosidad de hacer algo propio y distinto. "Empezamos en casa hace 6 años. Como tenemos raíces alemanas hicimos salchichas con recetas caseras. Luego decidimos tropicalizar esas fórmulas, pero con condimentos e ingredientes nacionales". La familia Hellriegel dio el paso para establecerse y distribuir sus productos de charcutería que van desde salchichas polacas y alemanas, chorizos parrilleros, lomo de cerdo ahumado y longaniza, hasta ricas salsas para parrillas, mayonesa alemana, sal condimentada, hamburguesas de res y cerdo y cervezas artesanales. "Tardamos un poco pues no es tan sencillo. Fue un trabajo arduo, pero finalmente lo logramos. Tenemos recetas exclusivas, con el toque europeo y alemán. Alquilamos un local y ya cumplimos cuatro años", destaca Hellriegel.Similar experiencia tuvieron Oscar Segovia y Gladys Fernández, socios de la Cooperativa El Tulipán, quienes luego de 17 años en funcionamiento recuerdan sus inicios con la producción de vainilla. "Lara es gran productor de panes criollos y dulces.  Aprovechamos que uno de los compañeros venía de una fábrica de este ramo e iniciamos con ello. Pero como no nos sustentábamos sólo con esto, seguimos con la fabricación de cera para pisos y luego desinfectantes y cloro, que tuvieron una buena aceptación". Para ellos la meta fue llegar a las comunidades con un producto de calidad a un precio justo. "Nos ha resultado y pese a la competencia, tenemos un buen espacio ganado. Un factor que nos ha ayudado es la articulación con consejos comunales en la zona donde operamos", afirmó Segovia, quien dijo sentirse orgulloso de su participación en el proyecto. Alcance y distribución. Como toda empresa criolla, las iniciativas tienen mayor éxito en donde nacen y es por ello que en Lara, específicamente en Barquisimeto y Cabudare, es donde estas dos pequeñas empresas mantienen su comercialización. En el caso de El Tulipán, ubicada en la Zona Industrial I, distribuye sus productos en los conocidos mercados populares de Cecosesola, organización cooperativista que los acogió como Unidad de Producción Comunitaria. La charcutería ha sido provechosa para Alemanes Delicateses, pues, además de la fábrica central, tienen varios locales establecidos que se pueden encontrar en el CC La Estancia (Cabudare), en bodegones y charcuterías de Barquisimeto-Cabudare y en la zona del vecino estado Yaracuy. "Aunque nuestro trabajo es totalmente artesanal, mensualmente producimos entre 800 y 1.200 kilos de charcutería", resaltó Hellriegel. Resultados. Estos emprendedores coinciden en que el éxito radica de la perseverancia y recomiendan a quienes estén por iniciarse que investiguen bien el negocio antes de invertir. "Cuando empiecen tengan paciencia, porque el éxito no es instantáneo". El Mundo